Iván Flórez.
“En sociedades destrozadas por la guerra, frecuentemente son las mujeres las que mantienen a la sociedad en marcha. Son las principales defensoras de la paz” Kofi Annan.
El 8 de marzo se conmemora el día internacional de la mujer, la Organización de las Naciones Unidas, en 1975 oficializó este día para celebrar el día de la mujer. Más allá de decir hoy: “Feliz día” debemos analizar desde una perspectiva crítica el papel de la mujer y como se ve hoy dentro de la sociedad. A lo largo de la historia, encontramos que la mujer jamás ha estado relegada, desde la antigüedad con Hipatía de Alejandría, vemos el aporte importante en el campo de las matemáticas (se le considera como una de las primeras mujeres matemáticas de la historia), la astronomía, y la filosofía. Hipatia se convirtió en una de las principales educadoras de su época, tristemente, el final de su vida no es el mejor debido a que fue brutalmente asesinada por los paganos de su época.
En la época de Jesús, encontramos en un pasaje de los evangelios la descripción acerca de las muchas mujeres que lo seguían y le servían, es decir, dentro del ministerio de Jesús no solo hubo espacios para los hombres, si no para las mujeres también. Jesús dignificó a la mujer y la llevó hasta el más alto de los estatus. María, la madre de Jesús, fue la mujer que Dios escogió para traer al mundo a su hijo Jesucristo y así cumplir su plan redentor con la humanidad. Sin duda María es ejemplo de entrega, sacrificio y pureza, una mujer que se convirtió en referente no solo en su tiempo si no en los posteriores.
Durante la edad media y siguiendo con la modernidad, las mujeres van a tener un protagonismo importante, aunque no es cómodo mencionar, que ese protagonismo es causado por las múltiples presiones a la que fue sometida, sin embargo, es importante destacar que la mujer ha sido ejemplo de tenacidad, sacrificio y sapiencia para hacerle frente a los retos más duros que ha tenido que enfrentar y sí que lo ha hecho bien, porque la mujer durante todo el curso de la historia, jamás se ha dejado relegar, como lo demostraron aquellas mujeres de la Rusia en el contexto de la primera guerra mundial, cuando celebraron el primer día internacional de la mujer el primer domingo de febrero de 1913. En 1917 y como protesta por los miles de muerto que había dejado la guerra, nuevamente son las mujeres las que toman la iniciativa para iniciar una serie de protestas a las que se unen los hombres lo cual desencadena la abdicación del Zar Nicolás II. Con el nuevo gobierno que se implanta en Rusia, se les reconoce a las mujeres el derecho al voto, un gran avance en la lucha por la reivindicación de sus derechos.
¿Qué podemos decir de la mujer contemporánea? Las revoluciones que marcaron el siglo 19 y 20 le dieron a la mujer un papel protagónico y la ubicaron en un lugar del que jamás podrá ser quitada. Lo único que me preocupa son los movimientos feministas que han surgido y que buscan “darle protagonismo a la mujer supuestamente defendiendo sus derechos de igualdad con los hombres” Considero que la mujer pierde enfoque y se desgasta cuando intenta reclamar lo que ya tiene.
Encontramos mujeres en grandes posiciones de liderazgo, posiciones que en otro tiempo fueron impensables para las mujeres, pero que poco a poco dentro de nuestras sociedades golpeadas por el machismo, sus derechos se han ido reivindicando. La academia ha sido beneficiada con el aporte de grandes mujeres intelectuales que contribuyeron al desarrollo de la ciencia moderna, y aunque quizás en este momento los datos estadísticos no son muy alentadores porque la violencia en contra de la mujer no cesa, entre otras problemáticas más. La solución NO son las manifestaciones que lo que generan es desvirtuar a la mujer, sino un replanteamiento al papel que el hombre desempeña en su núcleo familiar.
La mujer es el mayor regalo que tenemos los hombres, y yo tengo a Doña Leo y a Doña Marlen, dos mujeres admirables y ejemplos de berraquera. La primera (Doña Leo), supo hacerle frente a la temprana muerte de su esposo y con ahínco sacó adelante a sus dos hijos. La segunda (Doña Marlen), supo afrontar el abandono de un hombre al que no le importó dejarla teniendo hijos pequeños, sin embargo, esto no la detuvo para convertirse en padre y madre a la vez y darle la mejor educación a sus hijos.
Por ellas, y por todas las mujeres luchadoras, feliz día.