Iván Flórez.
Una de las rutinas que tenemos a diario, consiste en desde temprano, revisar los mensajes de WhatsApp que quedan de la noche anterior, o los que nos envían en las primeras horas de la mañana, ya sea por saludos, o por asuntos concernientes a nuestros quehaceres laborales. El título de esta columna: Y después del tercer pico, ¿qué? fue la pregunta que recibí de mi amiga inquieta por los temas actuales, Jeimy. Quedé pensando en qué responder a su pregunta, así que, decidí que mi respuesta para ella sería decirle que su pregunta, era el tema perfecto para mi nuevo escrito, y así fue.
Hace más de un año, el mundo viene atravesando una serie de circunstancias difíciles, ocasionadas por el denominado COVID-19. Este ha sido el hecho que sin duda, está marcando la historia del presente siglo, si bien sabemos, cada siglo ha tenido dentro de sus procesos históricos, hechos que han sido trascendentales, los cuales han quedado para la posteridad, el presente siglo, ha sido duramente marcado para su historia presente y venidera, por la pandemia que trajo un diminuto virus que puso al mundo en jaque.
Durante todo este tiempo, desde que empezó la pandemia, los gobiernos a nivel mundial, han adoptado una serie de mecanismos que buscan reducir los impactos que ha traído la pandemia. Impactos que se ven reflejados en la pérdida de miles de vidas humanas, en los quebrantos a nivel emocional, en la pérdida de empleos, si pudiéramos decir una palabra, resumiríamos todo esto en caos. O, ¿Existe algo mejor? La medida más dura que se adoptó hace un año, fue el confinamiento como única salida para evitar el aumento en casos de contagios. Todos tuvimos que encerrarnos en nuestras casas y velar para que esta pesadilla terminara rápido.
Pero, parece que aún no termina, sin embargo, desde el mes de septiembre, en Colombia se adoptó la figura de “distanciamiento social inteligente” y con esto, parecía que todo volvería a la normalidad, este tipo de medidas, de inteligente no tuvieron nada. Y digo que no hubo ningún tipo de inteligencia, por la sencilla razón de que no tenemos como país, una conciencia colectiva que nos permita desarrollar un buen comportamiento frente a situaciones decisivas por las que atraviesa la humanidad. Parece que, prima más la chabacanería y el relajo, el estar en la esquina con la “mamadera de gallo” y con el tapabocas en la mano, que el entender que es momento de hacer un pare, y aunque sea por primera vez, ser responsables, aunque sea una sola vez.
El distanciamiento social terminó, días atrás preguntaba si la pandemia había terminado y yo estaba tan desinformado que no me había enterado. Lo preguntaba, debido a las aglomeraciones que veo en diversos sectores de la ciudad, en este caso, Barranquilla, insisto en que en este momento se perdió la conciencia de que nos encontramos aun en medio de la pandemia. En este momento, en el que se habla de un tercer pico, parece que la población vuelve a tomar en serio el autocuidado. Las cifras son escalofriantes, empezando por los más de 60.000 decesos en Colombia. La situación actual en Barranquilla es de incertidumbre, la positividad en cuanto a la información que se le brindaba a la ciudadanía se ha vuelto a reducir, debido al aumento de más del 80% de ocupación de camas UCI. En las últimas horas, se han registrado más de 85.000 casos positivos, realmente es una cifra alarmante, y más cuando vemos que la ciudad registra más de 2.300 fallecidos a causa del Covid-19.
¿Vamos a caer en un círculo vicioso? Es decir, “tomamos responsabilidad” cuando las cifras se disparan, pero cuando se encienden las alarmas nos asustamos y empezamos nuevamente a cuidarnos. Hay que decir también, y no podría terminar este escrito sin dejar de mencionar la responsabilidad del gobierno nacional y local. No podemos culpar solo a la ciudadanía cuando al gobierno demuestra más interés en salvar la economía que vidas humanas.
Las medidas que toma el alcalde Jaime Pumarejo en este momento crítico por los que atraviesa la ciudad, son ineficientes, decretar toques de queda después de 10 pm es absurdo, cuando la medida debería aplicar desde horas más tempranas. Se deben endurecer las medidas de control y así evitar un colapso en el sistema de salud, si es que ya no lo hay. Y después del tercer pico, ¿Qué? No hay aún una respuesta clara.