Estados Unidos eligió este martes 3 de noviembre la persona que presidirá el país en los próximos cuatro años. Sin embargo, hay que armarse de paciencia para conocer al ganador de estas elecciones.

En las últimas horas, mientras que Donald Trump se declara ganador, además denuncia fraude y dice que irá a la Corte Suprema. «Esto es un fraude, ganamos esta elección. Iremos a la Corte Suprema».

Entre tanto, Joe Biden, con mucho optimismo pero con un mensaje más moderado, desde su bunker en Delaware, se dirigió a sus simpatizantes. «Tengan paciencia, estamos en camino de ganar estas elecciones.
Hay que tener en cuenta que, en Estados Unidos las elecciones presidenciales no las gana quien acumule más votos a nivel nacional (voto popular) sino quien obtenga la mayoría de asientos al llamado Colegio Electoral, un sistema contemplado en el artículo 12 de la Constitución Nacional y que data del año 1804.
El Colegio Electoral está compuesto por 538 asientos que son asignados a los 50 estados del país más Washington DC, la capital. Quien sume al menos 270 de esos votos (la mayoría simple), se impone en los comicios.
Los 538 asientos corresponden a 100 senadores, 435 representantes a la Cámara (535) más tres cupos para el distrito capital.
Una vez se conocen los resultados, es decir, son certificados por las autoridades de cada uno de los estados, los miembros ganadores se reúnen en sus respectivos congreso estatales para depositar su voto. Eso debe suceder 41 días después de las elecciones y en este 2020 esa fecha cae el 14 de diciembre.
No se refleja el voto popular
En la historia de EE. UU. en cuatro oportunidades un candidato no gana por voto popular pero llega a la Casa Blanca, luego de imponerse en el Colegio Electoral.
En los últimos 20 años, se han presentado dos de esos momentos. En el año 2000 con George W. Bush quien obtuvo medio millón de votos menos que Al Gore y en el 2016, año en el que Trump se quedó con la Oficina Oval pese a que Hillary Clinton lo superó por más de tres millones de votos.
Los republicanos han controlado la Casa Blanca por 12 años a pesar de que solo han ganado una de las últimas cinco elecciones presidenciales en términos del voto popular (la de Bush en el 2004).